Empecemos por aclarar el término
“complejo”. La definición que brinda el Diccionario de la Real Academia
Española contiene varias acepciones, pero las dos primeras son: 1. adj. Que
se compone de elementos diversos. 2. adj. complicado (‖ enmarañado, difícil). Cuando
hablamos de la evaluación cualitativa como una práctica compleja debemos
enfocarnos en que involucra diversos elementos, no en que sea complicada. Sí,
requiere un cambio de mentalidad, tiempo, compromiso, dedicación, trabajo en
equipo; cuestiones que parecen difíciles, pero en realidad representan retos
docentes que, una vez enfrentados, fortalecerán nuestra práctica y brindarán
sustento al nuevo panorama educativo.
Por lo anterior, creemos que la
complejidad de la evaluación cualitativa radica en la diversidad de sus
elementos: es multifactorial; es integral, porque incluye aspectos afectivos,
cognoscitivos, valorativos, habilidades, hábitos, etc.; es holística, ya que
toma en cuenta los elementos “que inciden en ella: los objetivos, los procesos,
los métodos, los recursos, el contexto y los instrumentos” (Hernández y Moreno,
2007, p. 219); es permanente, retroalimenta y reorienta el proceso colectivo y
el individual. Además, es participativa, puede llegar a ser una tarea conjunta
entre los estudiantes y el docente.
La evaluación cualitativa es un
reto porque choca con la manera en la que muchos fuimos educados, lo cual
provoca que caigamos en contradicciones al momento de llevarla a la práctica,
puesto que estamos acostumbrados a evaluaciones cuantitativas. Por ello es
necesario un docente reflexivo, crítico, capaz de salir de su zona de confort y
cuestionar su papel dentro de la educación, “acorde con el tipo de hombre y
sociedad que deseamos tener” (Hernández y Moreno, 2007, p. 217).
Referencias
Hernández-Barbosa,
R. y Moreno-Cardozo, S. M. (2007). La evaluación cualitativa: una práctica
compleja. Educación y Educadores, 10 (2), 215-223.
Real Academia Española. Diccionario
de la lengua española (23ª ed.). Disponible en http://lema.rae.es/drae/
Tobón-Tobón, S., Pimienta-Prieto, J. H. y García-Fraile, J. A. (2010).
Secuencias didácticas: Aprendizaje y
evaluación de competencias. México: Pearson Educación.
Tania
ResponderEliminarMe perece un gran trabajo el que realizaste, es breve pero muy claro y sobre todo nos permite entender con mayor precisión porqué es visto como un modelo de evaluación complejo. Por otra parte me llama la atención la critica que realizas a la resistencias de implementar modelos de evaluación cualitativa, como tu le llamas "salirse del estado de confort", en parte coincido contigo que este aspecto en una de las razones, sin embargo también considero que para poder hacer esta transición, se requiere mas que voluntad, requiere de toda una redefinición de los medios con los que actualmente se tienen y mayor información de herramientas para llevarla a cabo.
Equipo, me parece muy interesante y rescatable cuando mencionan que la evaluación cualitativa se ve complejizada porque cambia totalmente la forma en la que estamos acostumbrados a ser evaluados. Me parece acertado que cada docente sea capaz de mantener mente abierta para tomar en cuenta este tipo de evaluación que invita a ser completamente reflexivo, crítico, observador y analítico.
ResponderEliminarHola compañeras, nos gustó mucho como inician su aportación, nos hizo pensar en lo que entendemos por complejo y en lo que realmente significa. Coincidimos con ustedes en que evaluar de manera cualitativa es un proceso que requiere de un cambio de mentalidad y compromiso por parte del docente.
ResponderEliminarSin embargo, consideramos que les faltó mencionar las formas en que el docente hace llegar los resultados y retroalimentación a sus estudiantes, asimismo cuáles formas son más efectivas para la evaluación cualitativa.
Saludos Marisol y Bere